Solicitar un préstamo de forma privada puede llegar a ser un problema si es que no se conocen los riesgos de las modalidades informales que existen en el mercado, por eso es importante informarse al respecto.
“Si eres quien va a prestar el dinero tienes que saber a quién le prestas y que capacidad de pago tiene. Para ello existen diversas herramientas que puedan minimizar los riesgos”, indicó Daniel Linares del Estudio Linares Abogados.
Antes de otorgar un préstamo
Las centrales de riegos, por ejemplo, dan información de la persona a nivel de instituciones financieras o bancarias mientras que los registros públicos, sirven para ver su patrimonio y saber si cuenta con activos.
El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) sirve para saber si esa persona es quien dice que ser y la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) para conocer si, por ejemplo, su RUC está activo.
Pero si es que la persona que solicita el préstamo no tiene solvencia es necesario pedir una garantía, es decir, que tenga a alguien que lo afiance, o incluso una garantía inmobiliaria, dependiendo del crédito.
Hay diferentes vehículos para llevar a cabo un préstamo formal. Uno de ellos es el propio contrato de préstamo mutuo, a través del que se establece el monto, las condiciones de pago y el interés que se va a cobrar. Por otro lado, los pagarés y título valores son vehículos de fácil ejecución por si no se llega a realizar el pago del deudor, explicó Linares.
Para otorgar el crédito, “tienes a la justicia judicial y arbitral que te ampara pero depende de las condiciones del contrato”, señaló Linares.
Antes de adquirir un préstamo
Quien va a recibir un préstamo debe preocuparse de que las condiciones de pago sean las que pueda cumplir y las tasas de interés sean las que ordenen el mercado, o al menos esté dentro de los topes convenientes.
Linares destacó que el problema surge cuando uno se lanza a firmar un contrato sin saber a quién está prestando dinero ni de quién lo está haciendo. “Para el acreedor porque el deudor no tendrá con que pagarle y para el deudor, si se somete a condiciones leoninas con las que no puede cumplir”, agregó.
La prevención es la forma de minimizar el riesgo, y debe venir de ambos lados.
Evitar créditos informales
“Eviten los créditos informales como los que se anuncian en las veredas de lugares comerciales. Si bien pueden obtener el dinero rápido las formas en las que cobran no son legales, es un sistema informal sin garantías. Además, las tasas exceden del nivel formal”, invocó Linares.
Linares recomienda recurrir siempre al lado formal. Las entidades financieras, por ejemplo, son fiscalizadas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP y dan una serie de garantías, aunque sus costos pueden ser un poco altos debido a ello.
También existen los préstamos privados, para créditos mucho más rápidos, pero deben estar establecidas las reglas de juego de una manera preventiva. “No arrojarse a contratos que no pueda cumplir”, indicó Linares.
Por lo general, quien prefiere pedir un préstamo informal no es sujeta de crédito, necesita con urgencia el dinero o simplemente no lo sabe. “El mercado informal llena vacíos que muchas veces deja el mercado formal”, finalizó.
Por: Raquel Tineo
(Fuente: Gestión)