El disminuir el índice de informalidad en el país se ha convertido en un verdadero reto para el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Por ello, ha señalado en días recientes, que una manera de fomentar la formalización es ofreciéndoles el crédito formal a los micro y pequeños empresarios como una manera de acercarlos a lo que debe ser el desenvolvimiento dentro de una economía sana.
En este orden de ideas, el primer mandatario señaló que era importante para la economía nacional cerrar la brecha de la informalidad llevándola a indicadores racionales del 80% o 90% tal como ocurre en Chile.
Como se sabe, en nuestro país el crédito formal se mueve entre el 40% y el 50% y estos porcentajes no aseguran un comportamiento adecuado de la economía en tanto se hable de la situación de los agentes económicos.
Lo ideal es que un mayor número de micro y pequeños empresarios se incorporen a la formalidad de manera paulatina durante los próximos cinco años hasta llegar a niveles auspiciosos.
Con una brecha entre la formalidad y la informalidad cada vez más estrecha, nuestra economía podrá superar con mayor facilidad las turbulencias económicas. Esta situación, como resulta obvio pensar, nos garantiza niveles de crecimiento superior al 5% en el próximo quinquenio.
Frente a esta posición del presidente de la República en el caso de los micros y pequeños empresarios, es muy importante señalar que existen una serie de medidas adicionales que se deben tomar para asegurar el éxito en la formalización de los informales.
Una de estas medidas tiene que ver con el tema tributario. Y no vamos a hablar de disminuciones de impuestos ni nada por el estilo, sino de temas tan simples como el pago del IGV en donde el factoring, una herramienta que se creó pensando en darle mayor liquidez a las PyME, es casi letra muerta en la medida que a las grandes compañías no les conviene que las pequeñas empresas negocien sus facturas de largo plazo en los bancos y por ello les ponen a las facturas el sello de no negociable.
Situaciones como estas abundan y deben ser corregidas si es que realmente se quiere incorporar a los informales a la economía formal.
Por: Moisés Mieses