Entrevistamos a Maria Roxana Fernández Cosio (50), que tiene una bodega en la Ciudad del Pescador Mz. K3 Lote 5, Callao
-¿Cuándo empezó con este negocio?
Desde muy chica me gustaba las ventas, relacionarme con el público. Además no logré culminar mis estudios y para mí lo más fácil era trabajar vendiendo, quería ser independiente y gracias a Dios con la ayuda de mis padres pude tener mi negocio.
Todo empezó cuando era muy joven, siendo madre soltera tuve la necesidad de sacar adelante a mi hija, lo que me impulso a abrir mi propio negocio, así que solicite el apoyo de mi familia para crear un espacio en la casa para la venta de productos. Sin embargo yo soy una mujer que ama el deporte y deje el negocio para dedicarme a esa pasión. Pasado un tiempo y paralelo al deporte volví a la venta de variedad de productos en un mercado de la Ciudad del Pescador, y con mis ahorros termine de construir el segundo piso en el que sería la habitación de mi hija, espacio que me dio entonces mi madre. Pero la venta en el mercado se me fue haciendo difícil, porque llevar y traer los productos me cansaba. Fue entonces que pedí nuevamente a mis padres su apoyo, y me cedieron una parte del primer piso para instalar mi propia tienda de abarrotes. Ya establecida vino mi hermano del extranjero y al enterarse de mi negocio quiso invertir sus ahorros y convertir la tienda en una panadería, pero no resulto, pues era muy sacrificado y prácticamente estaba sola en el negocio y eso dañó mi salud, me enfermé de los nervios y por prescripción médica tuve que descansar. Pero los vecinos y los amigos que me conocen me insistían para continuar con la tienda, por lo que finalmente abrí las puertas de mi negocio a los que ahora son mis fieles clientes.
-¿Cuáles son las ventajas de tener tu negocio propio?
Como independiente, yo misma administro mi tiempo, sé a qué debo abrir y a qué hora cierro para descansar, no pago alquiler porque uso un ambiente de mi propiedad. Estoy muy agradecida con la vida por la oportunidad de salir adelante, con mi propio esfuerzo.
-¿Cual fue el problema más significativo que enfrentó?
La inversión de mi hermano invirtió en la panadería que no resultó, así que tuvimos que cerrar, logramos recuperar el capital que mi hermano puso, porque se vendieron las maquinas y yo me quedé con un mínimo. Tuve que tomar mis ahorros y hacerme préstamos en dos bancos, para tener capital y abrir otra vez. Le puse fe al negocio y he logrado salir adelante.
-¿Qué planes tiene para este año 2015?
Para este año estoy planificando surtir mi tienda con más productos y ahorrar más, pues mi propósito es trabajar menos tiempo, pues a mis 50 años de edad siento el peso del trabajo que es exigente y no tengo las energías de antes. Mi hija ya es adulta, mi pareja ahora está delicado de salud, lo estoy ayudando y espero que pronto se recupere, para luego los dos disfrutar de la vida de adultos mayores.
-¿Qué recomendaciones le da a los emprendedores como usted?
En primer lugar, que deben tener buen carácter, no mezclar sus problemas personales y descargarlos en los clientes. El que tiene un negocio debe brindar buen trato a su clientela, permanentemente. Segundo, comprender que tener una tienda, bodega o minimarket requiere ser constante y ponerle buena disposición de ánimo, porque este tipo de negocio es muy esclavizante. Tercero, ser muy cuidadoso, ordenado y limpio, ya que es cierto que todo entra por los ojos.